La dirigenta de la aldea El Molino aseguró que las familias no están dispuestas a recibir sus nuevas casas en ese sector, porque tienen temores de que el cerro sufra asentamientos y otros problemas debido a los numerosos pirquenes de carbón ocultos.
El tema no es nuevo, desde principios de 2011, en que se definió la compra de un terreno frente a la aldea El Molino para las familias que no querían vivir nuevamente a la orilla del mar, debido al riesgo de un nuevo tsunami, que existían las voces de alerta debido a que ese sector era conocido por sus pirquenes de carbón, que fueron explotados desde principios del siglo XX y hasta la década de 1980.
En esa oportunidad la Intendencia solicitó al Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomín) un informe respecto a esa situación. Los profesionales de esa entidad realizaron un recorrido por el cerro, constatando la existencia de los pirquenes, pero aseguraron que debido a la distancia que se encontraban del lugar donde se pretendían construir las viviendas, no revestían ningún riesgo. Esto significó la luz verde para la compra del terreno a una empresa forestal y el inicio del proyecto de vivienda, para 210 familias.
Los trabajos de movimiento de tierras para la urbanización que se iniciaron en marzo pasado dejaron en evidencia nuevos túneles, tanto de ventilación como pirquenes, lo que causó la inquietud de la comunidad, que hoy exige nuevas explicaciones al Serviu. Se prevé que esta semana se realicen reuniones entre los dirigentes de los damnificados y los representantes del Ministerio de Vivienda, que deberían concluir en solicitar un nuevo informe a Sernageomín, a la luz de la nueva evidencia encontrada.