El nuevo comercio fue recibido con entusiasmo por los tomecinos, que desde los primeros días repletaron la sala de ventas, que cuenta con un gran espacio y que corresponde a la más grande existente en la ciudad.
El proyecto permitió revitalizar una parte importante del centro de Tomé, a la vez que renovó la pintura de la antigua pasarela elevada que tenía la anterior fábrica.
Sin embargo, el resto del comercio tomecino se ha resentido de inmediato con esta fuerte competencia, ya que el nuevo actor del retail compite con precios bajos en un amplio surtido de productos de abarrotes, además de panadería, pastelería, rotisería, ropa, zapatos e incluso otros productos, como neumáticos y herramientas.
Una comerciante, consultada por las ventas de la semana pasada, explicó que "se notó de inmediato que la gente se fue en masa al Acuenta", porque todo el resto del comercio bajó sus ventas. Aunque muchos fueron por curiosidad, existe temor de que se produzca un real impacto para comercios minoristas pequeños, especialmente minimarkets, que tienen poca capacidad de competir, a diferencia de lo que pueda hacer la cadena Unimarc.
Se prevé que en el largo plazo los comerciantes tomecinos deberán adaptarse a este nuevo competidor y ofrecer productos más especializados, como ropa deportiva o accesorios de moda, u orientados hacia servicios turísticos, como cafés, restaurantes y comidas preparadas.