lunes, agosto 03, 2009

La historia del submarino nazi hundido en la bahía de Coliumo








La quizás última testigo del paso de jerarcas alemanes por mares de la región, Paz Lilian, asegura que uno de ellos, Adolf Eichmann, estuvo en la casa de sus padres en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.

Por Javier Ochoa Provoste
Javier.ochoa@diariodeconcepcion.cl
Publicado en el Diario de Concepción. Domingo 2 de agosto de 2009.


Tras la capitulación de Alemania en la Segunda Guerra Mundial se produjo una masiva fuga de los principales jerarcas nazis, los que huyeron en submarinos a distintos puntos del globo. Uno de ellos fue la bahía de Coliumo, donde estaría hundida una de estas embarcaciones, a bordo de la cual habría estado Adolf Eichmann, responsable directo de los transportes de deportados a los campos de concentración alemanes.

Paz Lilian, vecina y poetisa oriunda de Coliumo, entrega algunas luces sobre los tiempos en que la caleta habría refugiado, sin saber, a este personaje, quien años después fue secuestrado en Buenos Aires por el Mossad (agencia de inteligencia israelí), y luego ejecutado en Israel en 1962.

Los nazis habrían sido ayudados por la numerosa colonia germana de Tomé y Concepción para instalarse en Sudamérica.

“Yo era muy pequeña entonces, pero sé, por historias que contaban pescadores, mis padres y mis abuelos, que en esos tiempos (1945) llegó a Dichato un señor alemán, quien no hablaba alemán en absoluto. Él estuvo acá en la casa un tiempo, para luego desaparecer. Tras algunos meses, él volvió, pero esta vez hablando un poco de español, radicándose largo tiempo en Dichato, tiempos en los cuales se comunicaba con mi madre, ya que ella dominaba el idioma inglés”.

Paz justificó la presencia de este personaje en su casa, precisamente, por ese detalle idiomático. Lo recuerda siempre vestido de gabardina y sombrero. Le decían “El Gringo”.

“Un tiempo después conocí a un joven ingeniero forestal que se fue a trabajar a Alemania y me empezó a escribir, enseñándome alemán por carta. Un día encontré al gringo en el correo de Dichato. Me reconoció, por lo que le pedí que leyera la carta. Me la tradujo y luego le pedí que me ayudara a contestarla. Él siempre andaba con su perro, un pastor alemán, y recuerdo que en el hotel el animal comía debajo de la mesa lo mismo que comía él. Yo escuché en ese tiempo que había una red de protección de nazis que funcionaba desde el Sur del país, y que ayudaba a éstos de acá. Cuando me casé en el ´61 supimos que un comando israelí había secuestrado a un tal Eischmann. Ahí fue cuando mi madre vio su foto y dijo “perro maldito”, al reconocer que el sujeto que conocíamos como “El Gringo” era Eichmann”.

Paz asegura que el submarino estuvo bastante tiempo a la gira de la bahía, la que es muy particular por estar bien protegida y por la profundidad de sus aguas.

“El buque dicen que estuvo harto tiempo detrás de Los Morros, esperando el desembarco, y los alemanes de Tomé contrataban botes que llevaban pertrechos al submarino. Finalmente, una noche decidieron desembarcar, con la ayuda de algunos pescadores”.

Inteligencia alemana en Chile

José Lens, buzo, piloto de avión y capitán de alta mar, añade otro elemento.

“El jefe de la Abwehr –servicio secreto exterior alemán- en la Segunda Guerra era Wilhelm Canaris. Él era teniente del crucero Desdren, que fue hundido por sus tripulantes en el archipiélago Juan Fernández, en 1915, luego de enfrentar a la armada británica en las batallas de Coronel y de las Malvinas”.

Añade que fue la Armada de Chile la que los rescató, tras lo cual los marinos del Dresden fueron confinados en al isla Quiriquina, donde eran visitados por la comunidad alemana de Concepción, Tomé y Talcahuano, contactos que hicieron posible que Canaris escapara a Alemania.

Ya como almirante y jefe del Abwehr, se dedicó –aprovechando los contactos que dejó por acá –a conformar un formidable servicio de espionaje nazi en Chile, que fue descubierto a partir de 1941 por la Policía de Investigaciones, organismo que indagó detalladamente todo lo relacionado con la cantidad de embarques de provisiones, de combustible y de pertrechos.

Este servicio de espionaje buscaba conseguir información sobre las actividades de los aliados y radiarla a Alemania. También conseguir información sobre todos los buques que zarparan de Valparaíso, Talcahuano y San Antonio con mercaderías a los países aliados, a fin de que los submarinos del Reich pudieran hundirlos.