miércoles, abril 16, 2014

Taller para pescadores de merluza se dictará en Tomé

WWF Chile invita a representantes de los sindicatos, asociaciones gremiales y cooperativas de pescadores artesanales merluceros de la Región del Biobío a asistir a una reunión para identificar los problemas que aquejan al sector y proponer las soluciones para recuperar la pesquería de merluza común. Dichas propuestas, tanto sociales, económicas y ambientales, serán elevadas a la autoridad y al futuro Comité de Manejo para que sean incorporadas en el Plan de Manejo y Programa de Recuperación de la Pesquería.

Quienes tengan interés en participar, pueden contactar a Valesca Montes al celular 82337659 o email: valesca.montes@wwf.cl. WWF Chile podrá facilitar el transporte para quienes lo requieran. La reunión tendrá lugar el martes 22 de abril a las 13:00 horas en dependencias del Sindicato de Pescadores Artesanales de Cocholgüe, ubicado en calle Valparaíso 30, Caleta Grande de Cocholgüe, Tomé, Región del Biobío.

WWF extiende la invitación y espera una amplia participación de pescadores merluceros de Cobquecura, Quichiuto, Maule, Dichato, Villarrica, Coliumo, Cocholgüe, Tomé, El Blanco, Los Bagres, El Morro, Cerro Verde, Talcahuano, Tumbes, San Vicente, Infiernillo, Lenga, Chome, Puerto Sur, Lo Rojas, Lota Bajo, Laraquete, Llico, Yana, Arauco, Quidico, Tirúa, Punta Lavapié, Tubul y Lebu.

martes, abril 15, 2014

Por qué la catástrofe de Valparaíso se podría repetir en Tomé

Vista del cerro Estanque de Tomé.
La catástrofe ocurrida en Valparaíso, con un dantesco saldo de 15 muertos y miles de casas destruidas, hizo recordar los momentos de peligro que vivió en enero de este año la comuna de Tomé, cuando el fuego se acercó peligrosamente a la localidad de Punta de Parra y luego amenazó a un sector rural de Bellavista. En la década pasada también un incendio forestal estuvo a punto de consumir completamente el poblado de Menque, que incluso debió ser evacuado.

La realidad es que una parte importante de la población de Tomé vive en zonas de riesgo: de tsunami en las zonas más cercanas a la playa y de remoción en masa (derrumbres y deslizamiento de tierra) y de incendios forestales en los cerros.

Los cerros El Santo, Alegre, Navidad y Frutillares tienen condiciones parecidas a las que afectaron a los vecinos de Valparaíso: casas de madera, construidas en quebradas y muy cercanas a vegetación y árboles. Basta con mirar la fotografía que ilustra esta nota, para darse cuenta que la vegetación se encuentra rodeando las viviendas, que están en lugares de difícil acceso para Bomberos, que no tienen cortafuegos y que por las grandes pendientes es fácil que un fuego violento, en condiciones de calor y fuerte viento, se propague fácilmente.

Al igual que en Valparaíso, en Tomé, Penco, Lota y Talcahuano, las familias que habitan en las quebradas y en las laderas más complicadas de los cerros son, generalmente, personas de escasos recursos, que no han podido acceder a una vivienda en un lugar más seguro. Como han recurrido a la autoconstrucción, es frecuente que no se respeten las normas mínimas de urbanismo, como dejar el espacio para las calles y vías de acceso, los cortafuegos y los espacios mínimos de seguridad con respecto al bosque y otras viviendas.

¿Quién tiene responsabilidad en este tema para evitar una catástrofe?. Principalmente es el Estado, que debe velar porque las ciudades crezcan en forma ordenada y segura, lo que muchas veces puede significar medidas "impopulares" de erradicaciones y traslados de familias, pero que evitan lamentar desastres después.

Tomé requiere de una mayor atención en sus cerros: faltan mejores vías de acceso y medidas de seguridad, como muros de contención y grifos contra incendios. Por años se ha planteado la posibilidad de construir una vía de "circunvalación" a través de los cerros de Tomé, que permita por una parte descongestionar el tránsito en las avenidas de la parte baja, ofreciendo una alternativa más expedita para transitar desde el Cerro Caracol hacia Rafael y hacia Dichato. También esta ruta permitiría facilitar la evacuación de personas en caso de riesgo de tsunami y ofrecería un cortafuegos en caso de incendios forestales.

También es necesario evitar las plantaciones forestales en zonas cercanas a áreas urbanas. Establecer fajas de protección y aprovechar esas áreas para establecer equipamiento para la población, como canchas de fútbol y parques, es una de las alternativas que se debe evaluar en Tomé.

lunes, abril 14, 2014

En tres puntos de Tomé se recibe ayuda para damnificados de Valparaíso

La alcaldesa Ivonne Rivas informó que la Municipalidad de Tomé se hará cargo de coordinar en la comuna la campaña para ir en ayuda de los habitantes de Valparaíso que se vieron afectados por el gigantesco incendio que se desató en la ciudad puerto este fin de semana.

De tal forma, las instituciones organizadas de la comuna, vale decir, Cruz Roja, Defensa Civil y otras entidades de voluntariado, serán responsables de recolectar alimentos no perecibles, útiles de aseo y artículos de primera necesidad en conjunto con el municipio. Por el momento, se está recibiendo ayuda en las sedes de cada una de estas organizaciones.

El municipio se hará cargo de acopiar y dirigir la ayuda a los centros de entrega dispuestos por la Gobernación penquista, para que de esta forma llegue lo antes posible a los afectados.

La alcaldesa manifestó con respecto a este tema que “debemos destinar todas nuestras energías para ayudar a nuestros compatriotas que están sufriendo. Debemos ser solidarios para aplacar, en cierta medida, el difícil momento que atraviesan nuestros hermanos de Valparaíso”.

viernes, abril 04, 2014

Bellavista-Tomé, a punto de expirar

Secreto a voces ha sido por meses el proceso de cierre de la Fábrica de Paños Bellavista Oveja Tomé y que –junto a la extinción de una industria que ha marcado la vida de los tomecinos por siglo y medio– el terreno donde se ubica uno de los edificios más magníficos de las textiles, el más emblemático (y el único que queda) está loteado, lo que implicaría su venta. Se trata de un patrimonio que peligra frente a la arremetida del mercado. Reflexiona aquí el profesor e investigador tomecino Rolando Saavedra Villegas.

*Artículo de Rolando Saavedra publicado en la Revista Bufé.
La más emblemática y antigua industria textil tomecina, sigue exhalando sus últimos estertores.

Ni la historia, ni la economía logran insuflarle la energía suficiente para devolverle la vitalidad que desde hace medio siglo se ha ido apagando inexorablemente. Ya no sirve de mucho el prestigio de sus telas. La mayor parte de los consumidores privilegia el bajo precio antes que la alta calidad. Los costos de producción son demasiado elevados en comparación con las industrias asiáticas, a lo que se suma que la mayor parte de los insumos para elaborar las telas, son de origen extranjero.

Nos cuesta asumir a los tomecinos, que las industrias no son solamente fuentes de trabajo. Que para su sobrevivencia es indispensable la venta de su producción. Las industrias no sobreviven alimentadas por la nostalgia, ni transformándolas en museo. Incluso los museos requieren de ingresos permanentes para mantenerse y desarrollarse.

Las industrias textiles no estaban preparadas para competir en el mundo globalizado, sin fronteras y de libre mercado. Por eso y otras razones sucumbieron la Sociedad Nacional de Paños y la Fábrica Italo Americana de Paños (FIAP), de cuyo legado patrimonial, aún podemos admirar sus poblaciones en el Cerro La Pampa, su Capilla y el Gimnasio Marcos Serrano.

De la herencia de la industria Bellavista, aún nos quedan muchas cosas y será muy difícil acostumbrarnos a la ausencia de sus edificaciones industriales si ello llega a suceder. Sus identitarias instalaciones, de sencilla, resistente y funcional arquitectura, ya se perciben como “enmudecidos elefantes blancos”, que siguen siendo parte importante de nuestra identidad material e inmaterial y paisaje cultural, por ello anhelamos que a lo menos algo de su todo debiera ser respetado por sus nuevos propietarios. Si se llegara a abatir tan sólo una de sus nobles murallas, se partirá parte importante del alma tomecina. Muy a nuestro pesar pareciera que ese será su sino. Numerosos ex trabajadores, junto a los pocos que aún permanecen al interior de Bellavista, manifiestan como legítimos deudos, que “la industria ya murió”.

Hace muy poco nos hemos enterado, que el territorio perteneciente a la industria ha sido fragmentado en siete lotes. Su propietario, para nuestra sorpresa, no es quien creíamos que era su dueño (familia Sabat), sino el Banco de Chile. Por ahora, el terreno y sus instalaciones pueden ser utilizados exclusivamente con fines industriales. Aún así las edificaciones se pueden demoler o modificar.

En un país como el nuestro, en que sus habitantes destruimos más que los sismos, es muy probable que más temprano que tarde las nobles estructuras arquitectónicas que cobijaron la industria textil, se conviertan en amorfos escombros para dar paso a condominios o soluciones habitacionales. Eso sospechamos, debido a la fuerza de este mercado que ya botó varias antiguas construcciones, instalando en forma invasiva –o agresiva más bien– una serie de condominios a la entrada de Tomé, justo frente a la playa.

Es nuestra más elevada aspiración e invocación, que ello no suceda y que esas nobles estructuras patrimoniales se reconviertan en hotel u hoteles de varias estrellas, en subsedes universitarias, en un museo o en una ciudadela turística y cultural, que dé valor agregado al lugar y genere fuentes de trabajo.

Ya es muy improbable que la industria Bellavista-Tomé vuelva a entonar su himno textil, coreado por telares jubilosos, que cada ocho horas cambiaban de intérpretes bajo la precisa indicación de pitos fabriles, que enmudecían momentáneamente la serenata del oleaje.

En esta mala hora, sólo nos basta expresar nuestra gratitud a los hombres y mujeres (trabajadores y empresarios) que dieron vida por casi 150 años a la industria señera y que con los mejores hilados tejieron la historia más esplendorosa del pueblo llamado Tomé, que ahora busca en el turismo crecimiento económico y una nueva identidad.