martes, abril 15, 2014

Por qué la catástrofe de Valparaíso se podría repetir en Tomé

Vista del cerro Estanque de Tomé.
La catástrofe ocurrida en Valparaíso, con un dantesco saldo de 15 muertos y miles de casas destruidas, hizo recordar los momentos de peligro que vivió en enero de este año la comuna de Tomé, cuando el fuego se acercó peligrosamente a la localidad de Punta de Parra y luego amenazó a un sector rural de Bellavista. En la década pasada también un incendio forestal estuvo a punto de consumir completamente el poblado de Menque, que incluso debió ser evacuado.

La realidad es que una parte importante de la población de Tomé vive en zonas de riesgo: de tsunami en las zonas más cercanas a la playa y de remoción en masa (derrumbres y deslizamiento de tierra) y de incendios forestales en los cerros.

Los cerros El Santo, Alegre, Navidad y Frutillares tienen condiciones parecidas a las que afectaron a los vecinos de Valparaíso: casas de madera, construidas en quebradas y muy cercanas a vegetación y árboles. Basta con mirar la fotografía que ilustra esta nota, para darse cuenta que la vegetación se encuentra rodeando las viviendas, que están en lugares de difícil acceso para Bomberos, que no tienen cortafuegos y que por las grandes pendientes es fácil que un fuego violento, en condiciones de calor y fuerte viento, se propague fácilmente.

Al igual que en Valparaíso, en Tomé, Penco, Lota y Talcahuano, las familias que habitan en las quebradas y en las laderas más complicadas de los cerros son, generalmente, personas de escasos recursos, que no han podido acceder a una vivienda en un lugar más seguro. Como han recurrido a la autoconstrucción, es frecuente que no se respeten las normas mínimas de urbanismo, como dejar el espacio para las calles y vías de acceso, los cortafuegos y los espacios mínimos de seguridad con respecto al bosque y otras viviendas.

¿Quién tiene responsabilidad en este tema para evitar una catástrofe?. Principalmente es el Estado, que debe velar porque las ciudades crezcan en forma ordenada y segura, lo que muchas veces puede significar medidas "impopulares" de erradicaciones y traslados de familias, pero que evitan lamentar desastres después.

Tomé requiere de una mayor atención en sus cerros: faltan mejores vías de acceso y medidas de seguridad, como muros de contención y grifos contra incendios. Por años se ha planteado la posibilidad de construir una vía de "circunvalación" a través de los cerros de Tomé, que permita por una parte descongestionar el tránsito en las avenidas de la parte baja, ofreciendo una alternativa más expedita para transitar desde el Cerro Caracol hacia Rafael y hacia Dichato. También esta ruta permitiría facilitar la evacuación de personas en caso de riesgo de tsunami y ofrecería un cortafuegos en caso de incendios forestales.

También es necesario evitar las plantaciones forestales en zonas cercanas a áreas urbanas. Establecer fajas de protección y aprovechar esas áreas para establecer equipamiento para la población, como canchas de fútbol y parques, es una de las alternativas que se debe evaluar en Tomé.