| Manifestación es Escuela de Lloicura |
El anuncio generó preocupación en la comunidad educativa y movilizó a profesores y apoderados. Desde el municipio y la Seremi de Educación aclararon que no existe solicitud formal de cierre de establecimientos.
El anuncio sobre el posible cierre de cinco escuelas rurales en Tomé generó gran inquietud entre la comunidad, llevando incluso a movilizaciones de profesores y apoderados. Sin embargo, pocas horas después, el alcalde de la comuna, Ítalo Cáceres, descartó categóricamente que exista una decisión en esa línea.
La polémica surgió a raíz de una propuesta incluida en el Plan de Desarrollo Educativo Municipal (PADEM) 2026, elaborada por la Dirección de Educación Municipal (DEM) y presentada al jefe comunal. En el documento se sugería el cierre de algunos establecimientos como una medida para enfrentar el déficit financiero que arrastra la educación municipal desde administraciones anteriores.
“En dicho documento se sugiere, entre otras medidas, el cierre de establecimientos como forma de paliar el gran déficit financiero que arrastra esa dirección desde administraciones pasadas y con el cual hoy debemos lidiar. Pero quiero dejarlo muy claro: es solo una propuesta, no una decisión. No la comparto y no permitiré el cierre de ninguna escuela”, enfatizó el alcalde Cáceres.
Según la propuesta original del PADEM 2026, las escuelas rurales que se verían afectadas por cierre o fusión serían Chupallar, El Mirador, San Francisco, Coroney y Lloicura, mientras que los establecimientos San Antonio y El Espino serían fusionados.
El edil hizo un llamado al Gobierno y al Ministerio de Educación a colaborar en la búsqueda de recursos que permitan garantizar la continuidad del servicio educativo, tanto en zonas rurales como urbanas.
Seremi de Educación
Ante la alarma generada, la Seremi de Educación del Biobío aclaró que el municipio de Tomé no ha presentado ninguna solicitud formal de cierre, receso o fusión de establecimientos ante esa repartición ni ante la Subsecretaría de Educación.
El seremi Carlos Benedetti precisó que el plazo para informar sobre cierres o fusiones de escuelas vence el último día hábil de junio del año escolar anterior, según lo establecido en el Decreto N°315/2010 del Mineduc.
“Los cierres o fusiones son atribución exclusiva del sostenedor, pero el deber del Ministerio es asegurar la trayectoria educativa de niños, niñas y jóvenes. El sostenedor debe evaluar a fondo las alternativas, equilibrando la sostenibilidad financiera con el derecho a la educación”, indicó Benedetti.
Colegio de Profesores
Desde el Colegio de Profesores del Biobío, su secretario regional Aníbal Navarrete expresó que la comunidad docente y los apoderados necesitan garantías concretas de que los cierres no se concretarán.
“El cierre de escuelas rurales no solo afecta a la educación pública, también desarma comunidades, porque muchas veces la escuela es la presencia misma del Estado en esos sectores”, señaló Navarrete.
El dirigente advirtió además que la preocupación se extiende a establecimientos urbanos, donde se ha mencionado la posibilidad de fusiones de cursos y despidos de docentes. “No basta con decir que se está estudiando el tema. La comunidad necesita acciones claras”, añadió.
Compromiso del municipio
El alcalde Cáceres insistió en que su administración no impulsará cierres de establecimientos y que su prioridad es fortalecer una educación digna, gratuita y de calidad para todos los estudiantes de la comuna.
“Creemos firmemente en la educación pública como un derecho que debemos resguardar. Trabajaremos en un ordenamiento financiero responsable que permita un traspaso ordenado al Servicio Local de Educación Pública Las Caletas”, señaló.

