Aguas servidas, filtraciones, fallas estructurales y un ascensor fuera de servicio mantienen cerrado el espacio cultural, cuya reparación requerirá una millonaria inversión.
A menos de una década de su inauguración, el Centro Cultural de Tomé enfrenta un grave deterioro que lo mantiene fuera de funcionamiento. El edificio, que en 2016 fue presentado como un espacio de primer nivel para el desarrollo artístico y cultural de la comuna, hoy está inutilizable debido a problemas estructurales y falta de mantenimiento.
Entre los principales daños informados al Concejo Municipal se cuentan la inundación de sus instalaciones con aguas servidas por rebalse de alcantarillado, filtraciones por las techumbres, fallas en el sistema eléctrico y un ascensor completamente inutilizable. Según la evaluación técnica, se requerirán cerca de 340 millones de pesos para reparar y rehabilitar el recinto.
El contraste con el día de su inauguración es evidente. El 27 de agosto de 2016, con las butacas repletas de público, la entonces alcaldesa Ivonne Rivas y el ministro de Cultura de la época, Ernesto Ottone, encabezaron la ceremonia de apertura del edificio. La obra representó una inversión superior a los 1.300 millones de pesos, financiados en conjunto por el Gobierno y el municipio.
El Centro Cultural de Tomé fue diseñado con 1.617 metros cuadrados distribuidos en cuatro pisos, incluyendo una sala de artes escénicas con 323 butacas, salas de exposición, talleres, camerinos, espacios de ensayo y oficinas administrativas. En ese entonces, la alcaldesa destacó que se trataba de “la casa de los artistas” y un triunfo para la comuna.
Durante su inauguración, el ministro Ottone subrayó que este recinto se sumaba a una red de más de 50 centros culturales construidos en Chile, y que para Tomé significaría un polo de desarrollo creativo y turístico. Sin embargo, menos de diez años después, el deterioro amenaza con borrar ese sueño.
En el último concejo municipal se expuso que el recinto no ha contado con un plan de conservación adecuado, lo que ha acelerado el desgaste de la infraestructura. También se planteó la necesidad de definir una estrategia de gestión a largo plazo, que asegure recursos permanentes para evitar que, una vez reparado, vuelva a caer en abandono.
Mientras tanto, diversas organizaciones artísticas locales han debido trasladar sus actividades a otros espacios de la comuna. La imposibilidad de utilizar el Centro Cultural no solo afecta la agenda cultural de Tomé, sino que también limita las oportunidades de formación y difusión para los creadores de la zona.