viernes, septiembre 28, 2018

Un restaurante que renació desde las cenizas en Cocholgüe

Pedro Rodríguez Moscoso es el dueño del restaurante "El Tablón" de Cocholgüe, que se ubica justo en la orilla de la playa y que es conocido por la calidad de sus pescados y mariscos frescos, que ofrece junto al mar.
Se trata de un restaurante que se hace chico durante los fines de semana y en que los comensales deben sacar un número para lograr ser atendidos.
Sin embargo, detrás de ese éxito, hay una historia familiar de 40 años de trabajo sostenido y de recuperarse de varias adversidades.
Una de las más importantes es la que ocurrió el 26 de noviembre de 2014: "esa noche me avisan como a la una de la madrugada que estaba saliendo humo del restaurante, partimos rápidamente a ver qué ocurría, sin embargo, como había mucho material combustible y madera, ardió rápidamente. En cosa de minutos todo el esfuerzo había desaparecido", cuenta Pedro Rodríguez.

"Después de eso nos costó volver a parar el restaurante. Todos los bancos a los que acudimos nos cerraron las puertas y se negaron a darnos créditos. Al final, sólo pudimos financiar la reconstrucción con los ahorros de la propia familia", añade.
Tras 10 meses de trabajo, finalmente el 21 de septiembre de 2015 logran reabrir y reinaugurar el restaurante "El Parrón".

Pescados y mariscos

La carta de "El Parrón" se compone básicamente de pescados y mariscos, en preparaciones simples, como merluza, salmón y ocasionalmente otros peces, a la plancha o fritos. También se prepara paila marina, mariscal y cebiche.

"Hay muchos locales donde comer mariscos, pero la gente nos prefiere porque aquí encuentra siempre productos frescos, de buena calidad y con una buena atención", indica Pedro Rodríguez.

Aunque la mayor parte de la clientela viene los fines de semana, también tienen abierto los restantes días hábiles, aunque la afluencia es menor.

Una de la cocineras, la señora "María", nos explica que las empanadas se hacen en el mismo local y se fríen en el mismo momento que los clientes las piden. Se trata de las preparaciones típicas de macha con queso y también con langostinos o camarones.

El restaurante se ubica a orilla del mar, en una caleta de pescadores que es conocida por sus olas, que atraen a todo el año a jóvenes que practican surf. De hecho, algunos de sus clientes más frecuentes son esos mismos deportistas, que recuperan sus fuerzas en este local.


Lo mejor de este lugar es la fantástica vista de la playa y la bahía de Concepción, con las pintorescas embarcaciones de los pescadores entrando y saliendo, mientras los surfistas se encaraman en las olas.

La brisa marina, eso sí, es un poco fría durante las tardes, especialmente en primavera.