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Paradero destruido. Foto Patricio Arancibia. |
Los paraderos están construidos con perfiles de acero antivandálicos, sin embargo, tienen un vidrio que pese a ser blindado puede ser destruido utilizando un elemento contundente o muy pesado.
Sin embargo, esta destrucción de paraderos no es novedad en Tomé. Otros similares instalados en el centro de la ciudad y en los cerros, como parte de la renovación de paraderos del Ministerio de Transportes, con financimiento de la Ley del Transantiago, han sufrido similar suerte. En ellos se han destrozado los paneles laterales y se han destruido la iluminación que contiene.
De esta acción vandálica también se registra en los nuevos paseos El Estero y El Morro, con mobiliario urbano destruido y muros rayados con grafitis.
Estos daños significan un perjuicio para toda la comunidad, ya que los paraderos sirven a las personas para protegerse de la lluvia y el sol. Además, los paraderos destruidos generan una sensación de inseguridad en las personas, de que viven en una comunidad violenta, en que los antisociales que realizan este tipo de hechos vandálicos no reciben ninguna sanción.