lunes, enero 20, 2014

Fábrica Bellavista Oveja de Tomé se queda con apenas 58 trabajadores

Archivo de Tomé al Día.
Con apenas 58 trabajadores está funcionando actualmente la textil Bellavista Oveja Tomé, tras el despido de 15 trabajadores, según reconoció el gerente de operaciones de la empresa, Luis Bartoli, quien también señaló que la empresa sigue funcionando y rechazó las versiones de cierre.

La emblemática empresa textil tras su quiebra el año 2008 fue adquirida el 2010 por los hermanos Juan José y Juan Carlos Sabat en  $1.653 millones que fueron pagados a Texfina, sus anteriores propietarios.

Luis Bartoli explicó que vendieron algunos activos, como telares, debido a que "nunca funcionaron bien". También reconoció las dificultades para exportar sus productos, debido a la fuerte competencia que ofrecen las fábricas textiles chinas, con productos de similar calidad y muy baratos.

Estas declaraciones las realizó el ejecutivo de la textil en respuesta a las declaraciones de la diputada (PS) Clemira Pacheco, quien el sábado a través de un comunicado lamentó que las advertencias hechas hace siete meses respecto del incierto futuro de Bellavista Oveja Tomé se hayan hecho realidad “y hoy estemos viendo con tristeza y preocupación cómo se concreta el despido de los últimos 30 trabajadores que iban quedando en la fábrica”.

Fue en julio de 2013, cuando la parlamentaria junto a los dirigentes del Sindicato de Trabajadores, denunciaron públicamente la incierta situación que enfrentaba Bellavista Oveja, a raíz del despido de personal “por gotera” y la venta de varios telares, lo cual  anticipaba un posible término de las actividades productivas de la empresa.

En esa ocasión, recordó la diputada, “hicimos un llamado a los dueños de Bellavista a transparentar sus reales intenciones respecto de la fábrica, pero en vez de hacer eso se dedicaron a desmentir nuestros dichos y aseguraron que la actividad se mantendría, lamentablemente eso no ocurrió”.

Fue crítica en cuanto a la actuación de los dueños de Bellavista, los empresarios Juan José y Juan Carlos Sabat, que en noviembre de 2010 compraron la textil que había quebrado en 2008, dando una nueva esperanza a los tomecinos. “Pero con el tiempo fuimos viendo que no había real intención de mantener y fortalecer esta empresa, ya que no se hicieron inversiones y por el contrario, se empezaron a desmantelar la instalaciones”.

Calificó como “irresponsables a estos empresarios, que se aprovecharon de los trabajadores y se rieron de los sueños de una comunidad”.

Agregó que tampoco hubo una reacción activa de las autoridades para evitar que esta situación se concretara. “Los dirigentes tuvieron un par de reuniones con personeros de gobierno, se hicieron algunas gestiones, pero finalmente no se concretó nada y se dejó morir a esta emblemática empresa de Tomé”.

La legisladora dijo que esta situación es también una consecuencia de dejar todo en manos del mercado, sin tener un rol activo y productivo del Estado en aquellas ciudades con bolsones de cesantía -como Coronel y Tomé-, que permita la generación de nuevas actividades productivas en conjunto con el sector privado.

“Aquí quedan trabajadores y familias afectadas por la pérdida de su fuente laboral, pero también se pierde parte de la historia de Tomé, porque tampoco sabemos qué pasará con las instalaciones de la fábrica”, recalcó finalmente la diputada Pacheco.