Bus atrapado anoche en la Cuesta Caracoles. |
El accidente, aunque no pasó a mayores, mostró el riesgo que supone el diseño obsoleto de la Cuesta Caracoles, en que pese a los trabajos de mejoramiento de su seguridad que ha tenido, todavía recuerda los 16 jóvenes barristas que murieron el 9 de febrero de 2013, al desbarrancar el bus que los trasladaba.
El riesgo de que un bus de dos pisos vuelque en esta cuesta es real, como muestran las imágenes que los propios pasajeros compartieron en las redes sociales.
También llama la atención la imprudencia de algunos conductores, que intentaron sortear el bloqueo con arriesgadas maniobras por sectores no habilitados para el tránsito.
Este episodio debería reabrir el debate sobre la necesidad de eliminar definitivamente la Cuesta Caracoles y construir una nueva alternativa de bajada a Tomé, que sea más segura para sus habitantes y que no desaliente el turismo, como ocurre hasta ahora.