miércoles, abril 03, 2013

Una aproximación al Teatro Regional del Biobío

Por Darwin Rodríguez.*


"No quiero mi casa amurallada por todos lados ni mis ventanas selladas. Yo quiero que las culturas de todo el mundo soplen sobre mi casa tan libremente como sea posible. Pero me niego a ser barrido por ninguna de ellas. Me niego a vivir en casa ajena como un intruso, un mendigo o un esclavo".

Un acontecimiento de la magnitud del Teatro Regional estremece conciencias y corazones. Provoca recuerdos y reflexiones; polémicas y contradicciones.

En los mas viejos y memoriones, el recuerdo del Teatro Concepción, en cuya buhardilla habitó Violeta Parra en los tiempos del rector Stichkin. Mas cerca. A  mediocamino el monumental Pencopolitano de Borja Huidobro.  Realidades y proyectos insuflados por creadores:  el Tuc y las orquestas y las Escuelas Héctor Duvanchelle de los 80s, y el Rostro, persistente y los nuevos del Oráculo, y los grupos de teatro de los barrios y escuelas de la región; y las ocasionales óperas visitantes, y los rocanrroleros  del tiempo de Cecilia y los rockeros post y popmodernos. Y folklores y escultores y pinturas y literaturas. La belleza esa. La Tura de las turas en el decir de Cortazar.

Somos la herencia de  los muchos anónimos y anónimas, de  famosos y famosas, de los que han estado dentro y de los marginales: marginados y automarginados; y los huidizos de corazón. Los del escenario, los de la platea y los de la calle.  Usea, de chincol a jote. ¡Uy!

¿De qué se trata todo ésto, en breve, ordenadito e incompleto anuncio?

1.        Redistribución del Ingreso artístico y cultural

Las posibilidades de acceso a las arte y las culturas tienen dos extremos  deficitarios, por un lado, el acceso mezquino de ciertas expresiones artísticas  consideradas, paradigmáticamente, como de elite. Estas expresiones clásicas debieran estar a disposición de la comunidad regional, sin restricciones  sociales, económicas, ni prejuicios.  La ópera, el ballet, las bellas artes,  pueden producir el mismo impacto espiritual tanto en la elite social e intelectual como en los sectores mas modestos. Como lo ha demostrado el fenómeno de Las Orquestas Infantiles que comenzó Américo Giusti en Curanilahue. (A despecho y descreimiento  de varios)

Al otro lado, las artes populares son arrinconadas, en algunos casos por complejos de algunos de sus propios cultores, cuando no, por narices respingadas y siutiquerías. Se va replicando así una segregación  social recíproca, una incomunicación entre lo clásico y lo popular.

Superable contradicción por cierto. Muchas expresiones hoy clásicas, fueron irruptoras, insurrectas y populares en su origen. Como la obra de Violeta Parra en orquestas  del mundo o Jara Víctor en sinfonía. Los “chascones Beatles, renegados en su origen por clasicistas ortodoxos; y las jovencitas que bailan en ronda y “buscan novio todo este verano” y beben y beben y beben en la  Carmina Burana ante circunspecto público que aplaude la Opus de Carl Orff en una night recién pasada.

Sólo perduran las obras  que contienen humanidades y calidades estéticas. Y se hace clásico lo popular.

2. Descentralización cultural, fortalecimiento de la producción artística y formación de audiencias

El centralismo manifiesto en todas  las actividades del país, con sus asfixiantes consecuencias, también atenta  en el arte y la cultura. El Teatro Regional del Biobío permitirá traer y atraer expresiones artísticas de categoría nacional y mundial que enriquezcan, tanto a las audiencias como la creación  regional. Pero ojo, recordemos a Gandhi de nuevo: que la apertura de estas posibilidades de acceso y diálogo con expresiones extra regionales no pretenden, ni remotamente,  “empatar” los derechos de la región metropolitana, sino, fortalecer el dialogo con la humanidad,  de acuerdo con nuestras propias necesidades de desarrollo,  sin restricciones ni limitaciones materiales. En tal sentido, cuidaremos de no caer en el subsidio a programaciones  nacionales e internacionales diseñadas con parámetros santiaguinos. Peligro inminente si su administración se hace ministerial desconcentrada (so pretexto de escases de recursos regionales) y no descentralizada.

3. Red Regional de arte y cultura, nuevo paradigma

Concebido el Teatro como un centro de las artes y las culturas, adquiere  y potencia su carácter regional  no en la ubicación geográfica  penquista, sino en la articulación sistémica y sistemática  como una red de  centros culturales , provinciales y  comunales; de barrios y escuelas. El carácter Regional del Teatro no está dado por su nombre, sino por una dinámica dialogante multilateral con comunas y provincias. Es,  de primera importancia la convicción y  voluntad de los y las artistas de los distintos lugares para  sentirse parte esencial del Teatro Regional del Biobío como uno de los vértices de ésta Red. Permítaseme un ejemplo conocido: Los Centros de Salud Familiar, los Hospitales comunales y provinciales se articulan en grados de complejidad creciente, con los Hospitales  Regionales de alta especialización.

4. Reconocer el carácter  multicultural de la región

La curatoría no agota su trabajo en una administración eficiente de distribución de tiempos y espacios en forma justa y democrática, estimulando la diversidad cultural de la gente de la Región, sino que, fundamentalmente, convoque a la construcción de un discurso estético que de cuenta de la multiculturalidad regional (incluyendo los nuevos lenguajes)  y no se conforme el esfuerzo con el resultado de un mamarracho frankisteniano, que sume todo. Sin sentido de la belleza y la armonía,  que deprima mas que optimice y prestigie las riquezas espirituales de la región.

El Teatro Regional que nos convoca trascenderá al siglo que vivimos, porque no es sólo un edificio, es arquitectura y música, es todas las artes.

Nuestro Teatro es el albergue desde donde se desarrollan, emanan y dialogan las culturas y las artes de la región, del  país y el mundo. Unos y otras en movimiento permanente, en busca de los misterios.

Alentamos la apertura a  nuevos paradigmas,  en los que se conjuguen, la tradición con los códigos binarios que, fenomenológicamente, al decir de Hegel, comienzan a modelar los espíritus de las generaciones nuevas y venideras.

Iniciamos una nueva etapa en el proceso de construcción del inimaginable curso que  tomarán las artes regionales,

Aquí son componentes claves e imprescindibles los creadores y las audiencias  de este Teatro que surge como hogar de los espíritus inquietos.

Somos integrantes de una gran orquesta con  variadas expresiones, incluidas las disonancias  y los silencios,  que contribuimos a una sinfonía con olores a mar y cerros, con los colores de las generaciones diversas, la fertilidad de la danza de polleras y pantalones, con ecos de kultrunes y resonancias de los violines de Curanilahue. Aquí, como en la dialéctica, no hay terceros excluidos.

Que no les suene a  metafísica ni poesía de lugares comunes, lo que decimos.

Es una propuesta, una invitación para reiniciar el relato, al que llegamos por historia y desde el cual partimos a hacer futuros.

¡Título de la canción! :ESTADO DEL TEATRO REGIONAL,

Welcome artistas y audiencias

Acá están los cimientos y las elevaciones; las puertas y las ventanas. Falta colgar en los muros, los sueños, los sueños, los sueños, para convertir esta obra en un tótem para llegar al cielo, con la humildad suficiente de no quemar las alas en el intento, y si los manchegos 2.0 desafían la gravedad y tocan los astros, en paracaídas huidobriano volvemos a las tierras terremoteadas del 39, el 60 y el 2010 y  re-in-auguramos un nuevo vuelo al infinito.

No es éste un proyecto de generación espontanea ni arbitrario de unos pocos, sino uno marcado por necesidad histórica de reparación, recuperación y desarrollo de nuevos referentes.

Aquí está la gente que sabe, la gente que puede, la gente que quiere. También, dialécticamente, están los que no.

Con estos deberes de trascendencia histórica, concluyo en que $ más $ menos, es lo de menos.

*Premio Municipal de Arte de Tomé 2011. http://tomecinos.blogspot.com/