domingo, agosto 30, 2009


Coliumo: Buzos intentan rescatar galeón con tesoro de monedas de oro

Grupo de investigadores de la VIII Región cree que nave que viajaba desde Callao a Talcahuano en 1805 está hundida frente a Coliumo.

Por Hugo Neira. (La Tercera)

Fue una nave del virreinato del Perú y durante años sirvió a las fuerzas españolas. En su interior había oro, plata y valiosas especies, cuya ubicación se transformó en un misterio que sólo conocen las profundices de las costas chilenas. El galeón Santa Ana se hundió en 1805, en su habitual trayecto desde el Callao a Talcahuano, cuando su estructura impactó en el sector de Quebrada Ola, un arrecife a la salida de Tumbes. Al intentar ingresar a la bahía de Coliumo le faltó viento, lo que ayudó a su rápido naufragio.

Dos siglos después, un grupo de buzos, investigadores y académicos están seguros de poder encontrarlo.

Liderados por el piloto y buzo José Léniz, un equipo de chilenos expertos en rescates submarinos, que incluye al geólogo de la U. de Concepción Guillermo Alfaro, y algunos investigadores, como Juan Francisco Lecaros, Juan Carlos Latorre y Hernán Ovalle, se han propuesto rescatar los tesoros del galeón colonial.

Se trata de algunos de los amigos que ayudaron a detectar los rastros del Oriflama, el buque francés que se hundió entre la desembocadura de los ríos Maule y Mataquito (aún sin explorar), y que participaron en una revisión submarina del Illimani, un buque hundido en 1872 en Isla Mocha. Con el Santa Ana, la misión es ambiciosa: la embarcación desapareció por completo y nadie la reclamó, pese a que cargaba el pago de las tropas y el real situado. Se estima que cargaba entre 80 mil y 100 mil pesos de oro de la época.

El grupo realizó una reconstitución de escena con ayuda del Instituto Hidrográfico de la Armada. Por medio de un simulador, se logró determinar las condiciones en el momento en que ocurrió el naufragio, para luego estimar hacia dónde lo trasladó la corriente. La experiencia científica, sumada a evidencias del barco hallada en la bahía de Coliumo después del hundimiento, permitieron delimitar un área ubicada en los acantilados, entre Playa Blanca, de Coliumo y la caleta local.

El primer intento se hará en septiembre, a través de tareas de prospección en botes Zodiac equipados con radios ecosondas, cámaras submarinas y detectores de metales. “Todo barco que se hunde sobre sedimento de arena se embanca. Tenemos que empezar a buscar con detectores”, resume Léniz.

Serán seis meses de trabajo. Y si lo encuentran, solicitarán la concesión a la Armada y al Consejo de Monumentos Nacionales. La idea es también hacer un documental.