El resultado en la 20° circunscripción, que incluye a Tomé, confirmó cuatro reelecciones, pero la irrupción de Álvaro Ortiz (DC) y Antonio Rivas (PS) marcó el vuelco del sector centroizquierda.
El Distrito 20 del Biobío, uno de los de mayor peso electoral en Chile (con más de 823 mil votantes), vivió una jornada electoral donde la continuidad convivió con sorpresivas reconfiguraciones. Si bien la mitad de los escaños fue revalidada, el principal impacto político se centró en la derrota de figuras tradicionales de la centroizquierda y el éxito de dos experimentados exjefes comunales.
La renovación legislativa en la zona está fuertemente marcada por el triunfo de los exalcaldes de Concepción, Álvaro Ortiz (DC) y de Chiguayante, Antonio Rivas (PS). Sus amplias trayectorias a nivel comunal se tradujeron en un apoyo electoral contundente, permitiéndoles llegar al Congreso. Este éxito se da en un contexto de cambio profundo para su sector, que vio cómo otros diputados en ejercicio, como Candelaria Acevedo (PC), Eric Aedo (DC) y Félix González, quedaron fuera.
Pese a los cambios, la lista más votada fue liderada por la diputada Francesca Muñoz (PSC), quien se consolidó como la primera mayoría con más del 9% de los votos. Su gran performance no solo le aseguró la reelección por segunda vez, sino que también fue decisiva para "arrastrar" a su compañero de bancada, Roberto Arroyo (PSC), quien obtuvo un escaño gracias al sistema proporcional.
Junto a ellos, Marlene Pérez y Sergio Bobadilla, ambos de la UDI, aseguraron su permanencia, confirmando la base electoral de su subpacto, que en conjunto sumó cerca del 8% de las preferencias.
Finalmente, el Distrito 20 incorporó a dos debutantes en cargos de elección popular: Paz Charpentier (Republicanos) y Patricio Briones (PdG), quienes cierran la lista de ocho representantes que tendrán la misión de legislar por las once comunas de esta crucial zona del Biobío.
