Caída de árboles, cercos y letreros, voladura techumbres y cortes de energía eléctrica, además de algunas inundaciones, fueron los efectos del temporal de lluvia y viento que afectó en los últimos días a la zona centro sur del país y en particular a la comuna de Tomé.
Las ráfagas de viento de gran intensidad alcanzaron los 90 kilómetros por hora en la zona costera y en el Faro de la Isla Quiriquina el anemómetro registró una ráfaga de 97 nudos, o sea, 179 kilómetros por hora.
Esta situación significó una intensa labor de los equipos de emergencia municipales, además de bomberos y ambulancias, con múltiples llamados de la comunidad, que colapsaron los sistemas.
Las clases en todos los establecimientos educacionales de la comuna fueron suspendidas desde el jueves 1 y se registró una notoria baja en las frecuencias de la locomoción colectiva.
En las rutas de ingreso a la comuna, tanto el camino Lirquén-Tomé como Rafael-Tomé se registraron caída de ramas y árboles, lo que mantuvo el tránsito con algunas interrupciones. También se produjeron filtraciones en numerosas viviendas, incluyendo bloques de departamentos del sector de Frutillares.
Afortunadamente, la prudencia de la población evitó que se hayan registrado personas lesionadas con esta extrema situación climática.