domingo, abril 25, 2010


EDITORIAL

Inicio de clases y el fin de la inocencia

Hoy lunes 26 de abril cerca de 500 niños entrarán a clases en Dichato. No lo harán en su antigua escuela, que se encuentra frente a la plaza, que aunque no fue afectada por el tsunami, fue usada en sus patios para guardar algunos de los cuerpos de las 18 víctimas que esta tragedia dejó en esta localidad.

Los niños entrarán a clases en una escuela modular, que fue inaugurada el viernes por el ministro de Educación, Joaquín Lavín, y que fue producto de una donación de un grupo de privados, que decidieron comprometerse por la reconstrucción de Chile.

Esto es lo que hace falta en nuestra comuna: personas que estén dispuestas a trabajar por la comunidad y no por su partido político, por su grupo de amigos o, lo que es peor, por ellos mismos o por sus familias.

Lo que hemos visto en los últimos dos meses en Tomé ha sido penoso. No sólo por los saqueos, que pensábamos -erróneamente- que en nuestra comunidad nunca se vivirían estos episodios de pillaje y delincuencia, que estábamos acostumbrados sólo a ver en televisión.

Fue el fin de la inocencia para nuestra comunidad. De darnos cuenta de que también aquí habían personas que no tenían escrúpulos para apropiarse de lo ajeno y dejar al resto en la indefensión y el desamparo.

Fueron días oscuros, llenos de incertidumbre y de miedos.

Lo peor, es que estos días aún no se acaban. Una parte importante de nuestra comunidad ha perdido sus hogares y sus fuentes de trabajo, sin que hasta ahora reciban una mínima señal de esperanza, de que podrán rehacer sus vidas.

Tomé necesita de nuevos liderazgos y de que la gente joven se haga cargo de la comuna, con todo lo que eso significa. De una ciudad con sus fábricas quebradas, sus casas destruidas y sus comercio en ruinas, debe ser la oportunidad para volver a salir adelante. Con más fuerza.

Sin pena, sin miedo.