sábado, octubre 02, 2010

Editorial

Dichato será otro

El tsunami que devastó Dichato fue una gran tragedia. Son 18 personas las que murieron por ese desastre de la naturaleza. Casi cuatro mil personas más perdieron casi todo: sus casas, sus locales comerciales, sus bienes que habían logrado juntar por varias décadas de esfuerzo.

Los tomecinos, sin embargo, son rescilientes. Eso significa que ante grandes golpes son capaces de resistir y salir adelante. Ya salieron adelante después del gran golpe que fue el cierre de las fábricas textiles, primero con la recesión de 1983 y luego con la crisis de Bellavista el 2008.

Siempre han salido adelante, reinventándose siempre y logrando mantener a la ciudad con vida.

En la semana que termina se firmó un importante acuerdo entre la Municipalidad de Tomé, y otros ocho municipios más, con el Gobierno, a través de los ministerios de Obras Públicas, Vivienda y Urbanismo y la Subsecretaría de Desarrollo Regional.

En la imagen que sale más abajo está resumido el Plan Maestro que deberá traducirse en una modificación al plano regulador comunal por parte del Concejo Municipal de Tomé.

Lo que esperamos los tomecinos, más allá de las diferencias políticas que pueda tener la mayoría del concejo, incluyendo su alcalde, con el Gobierno, encabezado en la región por la intendenta Jacqueline van Rysselberghe, es que todos rememos para el mismo lado.

Lo que se propone para Dichato es una gran oportunidad, el momento de ordenar el desarrollo de la bahía más hermosa de la Región del Biobío, que creció como un conjunto desordenado, por casualidad, sin planificación arquitectónica de calidad, sin identidad definida, sin belleza, por decirlo de una manera elegante.

Es cierto que este ordenamiento significará un cambio para muchas personas, que no podrán volver a vivir a orillas del mar. ¿Pero para quién no ha sido un cambio lo ocurrido esa siniestra noche del 27 de febrero de 2010?. Porque a nadie se le quitará su terreno sin recibir una justa indemnización, a precio de mercado, por lo que no podrá construir. Con ese dinero podrán volver a rehacer sus vidas, en Dichato, en Tomé o en donde se encuentren mejor.

Este sacrificio permitirá que para más del 90% de los habitantes de Dichato podrá volver a reconstruir donde estaban sus antiguas casas. Pero mejor, con más seguridad, con más dignidad. Con viviendas que no sólo tendrán una armonía con el entorno, que dispondrán de más parques y áreas verdes, sino más seguras, con más resistencia en caso que un fenómeno así se repita.

Lo que está haciendo la intendenta Jacqueline van Rysselberghe sin duda que será una obra que perdurará y podrá enorgullecernos, no sólo a nosotros mismos, sino también a nuestros hijos y nuestros nietos, que con seguridad van a querer seguir viviendo aquí, en nuestro hermoso Tomé.