martes, agosto 01, 2023

¿La verdadera fecha?: a 199 años de la Villa de Tomé

Por Gonzalo Enrique Ortega. Tomecino y académico de la UCSC.

Si bien es un poco complejo establecer una fecha para el aniversario de la ciudad, lo cierto es que existen dos fechas que tienen sentido.

En 1982, la comuna de Tomé decretó que cada 30 de septiembre se celebrara su aniversario, pero ¿qué hay de cierto en eso?. Tal fecha, hace alusión a un avistamiento desde la bahía de Concepción de lo que hoy en día conocemos como Tomé. Si fuese por tal motivo, Penco y Talcahuano correrían con la misma fecha; incluso la isla Quiriquina celebraría haber sido divisada por Juan Bautista Pastene en 1544 y se practicarían actos cívicos y desfiles de las escuelas, frente a las autoridades locales, como lo hace la autodenominada "Capital turística del Biobío".

¿Por qué se ha hecho tan difícil marcar un día alternativo del calendario para celebrar a un pueblo?, a mi parecer lo han hecho bastante complejo. Desde reuniones con profesores e historiadores, convocadas por el propio municipio, hasta la generación de un grupo llamado "Los identitarios", que abrieron el debate público en torno a este problema: la tan ansiada fecha.

Las reuniones quedaron en nada y los debates terminaron siendo una suerte de campaña para conseguir votos. Algunos querían celebrar al romántico Puerto Mayor, la entrega del título de ciudad, el que Tomé fuese la cabecera del Departamento de Coelemu, el hito de fundación de la textil Bellavista, la fecha más antigua en donde se nombrase a Tomé, el poblado de Rafael e incluso se contentaban con que solo fuese una fecha dentro del calendario escolar, a falta de un acta fundacional.

Hace algunos meses, el ingeniero tomecino, Luis Molina Vega, lanzó su libro "LELTOMÉ", donde problematiza acerca del nombre y la fecha de fundación de la ciudad. Algo interesante, fue que en su obra, él presenta diversas fuentes que dan luces de hitos que podrían ser significativos. Molina propone dos fechas: 28 de julio de 1824 y 20 de septiembre de 1824.

Ambas surgen a partir de una idea de Juan de Dios Rivera, quien se desempeñaba como In- tendente de Concepción, donde mediante una carta, solicita el 28 julio de ese año, a Ministro de Gobierno, la creación de una villa en la bahía del Tomé. Visionando un próspero futuro para el poblado: "la idea".

Es así como el 20 de septiembre, en una respuesta del Supremo Gobierno, liderado por Ramón Freire, se le faculta a Rivera a formar una villa; de este modo, aunque sin la existencia de un acta fundacional, queda en este intercambio de cartas (disponibles en el Archivo Nacional y en textos del escritor tomecino Andrés Jorquera), un hito con dos momentos: la idea de creación de una villa y la autorización para formarla.

Lo anterior, genera un nuevo problema: dos nuevas fechas para agregar al debate y la inexistencia de un acta. No obstante, también significan una oportunidad: pues se plantea como una alternativa más cercana al anhelo de celebrar una fecha propia y con mayor sentido de pertenencia para la ahora comuna de Tomé.

¿Qué es lo que pretendemos celebrar?, ahí radica el problema. Tomecinos y tomecinas llevamos 40 años realizando actividades en torno a una fecha controversial e impuesta, pero ¿qué arraigo y valoración tienen estas dos nuevas fechas para una comunidad que hasta ahora las desconocen?

E. Hobsbawm y T. Ranger nos aportan ideas en torno a la llama da "tradición inventada": como la fecha de Pastene, las de Rivera pueden convertirse a largo plazo en nuevas tradiciones, pero se hace necesario el difundir estos nuevos relatos y problematización en torno a la historia local y patrimonial de nuestras comunidades, lo que significa tarea de largo aliento y responsabilidades en educación formal y no formal.

Si consideramos "la idea", la fiesta fue ayer, 28 de julio de 2023: si consideramos "la autorización" sería el 20 de septiembre. Cualquiera sea el caso, estamos a 199 años de un hito republicano y significativo para Tomé, ad portas del bicentenario, que no lo podemos dejar pasar. Dentro de un calendario de hitos tomecinos, donde dependiendo del Tomé que queremos festejar, prácticamente todos tienen cabida.