lunes, octubre 24, 2005


Esto no es una anécdota

Esto no es una anécdota (repito), es la pura y santa verdad. Así funciona el transporte público en la Galaxia de Tomé. La semana pasada viajé desde Concepción a Tomé a las 19.30 horas. El bus repleto de gente, apenas podía ir de pie en la pisadera. Un viaje de 28 kilómetros, que en automóvil no dura más de 30 minutos, se hace en este medio de transporte en casi una hora.
Cuando llegamos a la Plaza de Armas (donde está la iglesia que se ve en la foto) el chofer avanza media cuadra más y se detiene justo frente a una agencia de Lotería. Le pasa un billete al auxiliar y este baja corriendo de la máquina. Los pasajeros, agotados, miran pacientemente por la ventanilla. Después de un par de minutos, vuelve el auxiliar y le entrega, triunfante, una cartilla de Loto al chofer que se la guarda en el bolsillo. Me faltó aplaudir. ¡Por fin podemos llegar a casa!.
Lo que ocurre en Tomé no es muy distinto, en todo caso, con lo que pasa con la locomoción licitada del Gran Concepción. Allí uno paga el pasaje según la cara del chofer. Normalmente bastan $200 para un viaje corto, pero si uno va de una comuna a otro y quiere ser escrupulosamente correcto, puede pagar los $340.
Eso sí, hay que soportar un viaje lentísimo, para esperar en el paradero a los rezagados, que pueden levantar un dedo a dos cuadras a la redonda para hacer parar el bus. O también las carreras frenéticas, a más de 100 km/h con aceleradas y frenazos, en una competencia con otros buses, como la que a toda hora se ven en el camino Concepción-Chiguayante.
Otro elemento tradicional, parte del folcklore chileno, son los vendedores ambultantes, que ofrecen bombones, helados, galletas, lápices y encendedores. También los hay los charlatanes, cuenteros, artistas de variedades, cantantes con guitarra, payasos y otros humoristas, que cuentan que vienen saliendo de la cárcel y para no delinquir se dedican a pedir limosna.
¿Cuándo tendremos un transporte público civilizado?

Esta semana se estrenó el "Transantiago", que muestra unos hemosos buses articulados, recorriendo la capital. Pero parece que nadie nota que se trata de mil buses del sistema nuevo, compitiendo en las calles con otros ¡siete mil! del sistema antiguo.
Ojalá que sea un primer paso para que la "civilización" llegue al transporte público y "chorree" con el tiempo hacia el resto de las regiones. ¿Llegará algún día hasta Tomé?.